Alabando en tiempo de dificultad. Salmo 103

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Definitivamente, es muy agradable leer algo como esto en las Escrituras:

Él es quien perdona todas tus iniquidades,
Él que sana todas tus dolencias;
Él que rescata del hoyo tu vida,
Él que te corona de favores y misericordias;

Él que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.
(Sal.103:3-4)

Hay una gran cantidad de cristianos que suelen decir: “Estas promesas son realmente preciosas pero no las veo reflejadas en mi vida muy a menudo que digamos.”

La respuesta puede estar en el siguiente punto: La mayor parte de las veces que leemos un pasaje como este, tendemos a centrar nuestra atención en las bendiciones prometidas y no tanto en  la Persona que otorga las bendiciones. No olvidemos que este salmo comienza diciendo: “Bendice Alma mía a Jehová” la atención más importante está puesta sobre Dios.

Cuando nos acostumbramos a centrar nuestra mirada en las bendiciones, más que en Dios, es natural que luego ya no las veamos. Comenzamos a considerar cosas que no son bendiciones como si las fueran y hacer todo por alcanzarlas. Al mismo tiempo comenzamos a mirar las verdaderas bendiciones como si no las fueran, y las solemos llamar de distintas formas como: Aflicciones, dificultades, pruebas, luchas, etc. Terminamos por perder las fuerzas, sentir desánimo y llevar una vida tibia.

La mayoría de salmos como éste han sido escritos en momentos de mucho sufrimiento. Sin embargo, en estos, no  se deja de bendecir a Dios.

Nosotros también podemos aprender a bendecir a Dios como él se lo merece:

PRIMERO: Reconoce atributos de Dios por los cuales confiar en él, como.

  1. Él es santo. (Sal.103:1)
  2. Él es perdonador. (Sal.103:3a)
  3. Él es sanador. (Sal.103:3b)
  4. Él es lleno de gracia. (Sal.103:4-5)
  5. Él es justo. (Sal.103:6)
  6. Él es misericordioso. (Sal.103:7-11)
  7. Él es compasivo. (Sal.103:12-16)

SEGUNDO: Cuando te sientas sin fuerzas, recuerda esos atributos.

  • Si te sientes como tentado, o que Dios no te hace caso, o que solo te trae males. Recuerda que él es santo y nada impuro o malo puede venir de él para nuestras vidas. Sin embargo Dios permite que atravesemos estas cosas pero no para nuestro mal, sino para nuestro bien. Muchas veces las situaciones que estamos pasando son bendiciones aunque en el momento no las veamos así, pero si aprendemos a enfocarnos más en “cómo es él” que en “por qué pasamos esto” entonces podremos afinar nuestra vista espiritual y ver cuán bendecidos somos.
  • Si te sientes con culpa, o que eres tan indigno que no puedes ni debes ser perdonado. Recuerda que él es perdonador, nada de lo que hayas hecho puede cambiar el hecho de que él siempre será perdonador. El hecho de que tu seas perdonado no depende de cuán grande sea tu culpa, sino de cuán grande es tu perdonador.
  • Si te sientes abatido, enfermo o quebrantado de corazón. Recuerda que él es sanador. No es solo que el “puede sanar” sino que “él es sanador”, muchos buscan su sanidad, pero no le buscan a él y es por eso que no sienten ninguna sanidad. Dios es sanador, no busques su sanidad sino su persona. y experimentarás la verdadera sanidad con la fortaleza que estás necesitando.
  • Si te sientes inmerecedor, o quizás que no recibes nada bueno. Recuerda que Dios es lleno de gracia y bendición. En este salmo David va a mencionar la gracia de Dios por medio de palabras como: Beneficios, favores, misericordias, bien. Si consideraras las verdaderas bendiciones como lo que son, y dejaras de ver como bendiciones a las cosas que en verdad no lo son, entonces te darías cuenta de cuan bendecido estas siendo cada día.
  • Si te sientes abandonado, dañado, que sólo te hacen cosas malas e injustas. Recuerda que él es justo, y dará el pago merecido a los malos que no se arrepienten. Pero también recuerda que él es misericordioso y compasivo, Dios no solo tiene misericordia de ti sino también de aquellos que procuran tu mal.

TERCERO: Alaba a Dios y bendice Su nombre con todo tu ser.

Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.
(Sal.103:1-2)

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus maravillas.
(Sal.9:1)

En tiempos de dificultad no será más fácil alabar a Dios cuando reconocemos y confiamos plenamente en cómo es él y como obra. En Base a los atributos observados, alaba a Dios no importando tu dificultad.

  • Alábale con esperanza.
    “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28
  • Alábale sin culpa.
    Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.” Romanos 4:7
  • Alábale con mucha confianza.
    Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.” Isaías 41:13
  • Alábale con gratitud.
    “Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre." Salmo 100:4
  • Alábale perdonando a otros.
    ”Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.” Marcos 11:25

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